5 años de Amor de otro Mundo
Hoy, 13 de noviembre, es el aniversario de nuestro universo. Hoy se cumplen cinco años desde que empezó esta campaña de rol que hoy se ha convertido en una parte más de nuestras vidas.
Reah
11/13/20253 min leer
5 años de Amor de otro Mundo
Un 13 de noviembre a estas horas (las 18:20 mientras escribo), pero de hace cinco años, estaba nerviosísima pensando a toda prisa qué nombre ponerle a la campaña de rol que estaba a punto de emitir. Nunca había nombrado mis partidas, creaba la historia y a jugar, pero Roll20 me pedía un título sí o sí. Y aunque soy terrible para poner nombres, quizá la urgencia me ayudó. Me pregunté: ¿De qué va esta partida? Y la respuesta salió sola: Amor de Otro Mundo.
Hoy hace cinco años que encendí ese directo sin tener ni idea de que estaba a punto de cambiar mi vida. Era un one-shot para probar, aunque intentando ser honesta, puntualicé que no duraría una sesión sino cuatro o cinco. Y realmente pensé que no iría más lejos que eso. Creí que mi mesa se lo tomaría como algo gracioso, pero no especialmente interesante. Que la audiencia miraría el inicio con curiosidad, pero perdería el interés poco después.
Me acuerdo del primer chat, de los nervios terribles, de que mi PC decidió morirse nada más empezar. Iba tan lento que ni me veía a mí misma en la retransmisión. Solo pude soltar un tímido “Holi holi, ¿hay alguien ahí?”. Sentía que todo arrancaba mal mientras intentaba fingir que sabía lo que hacía sin meter la pata. Éramos muy pocos, yo estaba en mi momento más bajo como creadora, y aun así tenía ganas de contar una historia rara, intensa y en un formato que nunca había probado. Pero, en realidad, no tenía nada que perder.
Cinco años después, miro atrás y me cuesta asimilarlo. Aquella partida se convirtió en un propósito, en una manera de vivir. Me dio amistades, disciplina, dirección, un universo entero… y un espejo. ADOM me obligaba, y me obliga, a crecer, a mejorar, a atreverme, a fallar, a levantarme y a volverlo a intentar. A escribir, dirigir, construir… y a continuar a pesar de esa voz interna que me susurraba que no era lo bastante buena para hacer lo que estaba haciendo.
Pero ahí estaban conmigo: mis niñas. Una máster puede crear una historia, pero no se convierte en una partida de rol hasta que no se sientan a tu mesa a jugar. Ellas son mi impulso y mi fuerza, las que me siguen en cada locura, las que confían en mí incluso, y especialmente, cuando yo no lo hago. Son las protagonistas de este mundo, quienes encarnan la ficción y nos la devuelven como algo real. Hemos crecido juntas, nos hemos retado, exigido, hemos llorado, improvisado loquísimas barbaridades y, sobre todo, hemos reído. Porque sin las risas no habríamos sido capaces de sostener el rumbo cuando la incertidumbre amenazaba con tragárselo todo. ADOM no sería lo que es sin ellas.
Y si algo ha hecho posible que esta historia siga viva, sois quienes estáis al otro lado de la pantalla. Todas las personas que habéis estado y estáis ahí. Las que llegasteis el primer día. Las que aparecisteis en mitad de una temporada y os quedasteis a pesar de las horas que había por ver. Las que llegasteis hace unos meses y, tras una maratón de más de 800 horas, estáis aquí como si llevarais toda la vida. Gracias a quienes dibujáis fanarts, escribís relatos, poemas, teorías imposibles, os tatuáis este universo (sí, aún sigo sin superarlo), creáis arte en el sentido más amplio de la palabra o simplemente venís, os sentáis y compartís emociones con nosotras. Porque es increíble que un grupo de seis adultas se siente cada dos semanas a jugar a rol. Y si es posible, es porque estáis ahí, esperando por nosotras.
Gracias por acompañarme en este proyecto que empezó como una campaña y terminó convirtiéndose en un universo, un trabajo, una responsabilidad y un refugio. Gracias por cuidar de mí y mis jugadoras, por emocionaros con nuestras locuras, por abrir vuestro corazón a personajes que son trocitos de nuestras almas. Gracias por dejar que este mundo exista.
Hoy, cinco años después, sigo sintiendo la misma mezcla de miedo, ilusión y vértigo que aquella primera tarde. Y sí, me hace feliz. Significa que esto sigue vivo. Que aún queda historia. Que todavía tengo cosas que aprender, mundos que construir y puertas que abrir. Gracias por cinco años de amor, de caos, de lágrimas, de hype, de teorías y de paciencia infinita. Gracias por confiar en mí, en nosotras, por dejarme contaros algo que, de verdad, me sale del alma.
Y gracias por seguir aquí. Porque ya sabéis, si queréis... ¡queda ADOM para rato!
El arte, como siempre, por nuestra increíble Sori 💗


Redes sociales
Contacto
contacto@amordeotromundo.com
© 2025 Amor de otro Mundo
